Llegó marzo y comienzan las clases.
Los niños escolarizados pueden pasar hasta 9 horas en el colegio. Dependiendo las edades, la independencia que tengan, y la modalidad de la institución, puede hacerse muy difícil controlar todo lo que ingieren los niños durante ese período de tiempo. Sin embargo, podemos instalarles buenos hábitos desde casa para fomentar una alimentación adecuada.
Uno de los hábitos más importantes que debemos enseñarles es el desayuno, fundamental por varias razones. Una es que los niños necesitan energía para realizar cualquier tipo de actividad y la energía se la vamos a proporcionar por medio de los alimentos. Por otro lado, el aporte de glucosa mejora su concentración y rendimiento. Y, por último, van a llegar al primer recreo sin hambre desmedido, lo que les permite hacer mejores elecciones en lo que van a consumir.
En los casos que cueste mucho levantarlos con tiempo o niños que no quieran ingerir nada hasta no estar un poco más despiertos, les preparamos algo para que consuman en el camino al colegio, antes de entrar.
Un buen desayuno puede tener leche o yogur, frutas, tostadas con mermelada y/o queso, cereales integrales, licuados, huevos revueltos, eligiendo lo que les guste y tengan tiempo de consumir.
Otra de los hábitos que podemos implementar es preparar viandas con colaciones sanas para los recreos: frutas frescas, mix de frutas secas, mini sandwichs de pan blanco, de salvado o integral (con verduras, pollo, huevo, queso), cereales sin agregado de azúcar, evitando de esta manera que consuman exceso de golosinas, gaseosas o snacks salados.
En los colegios que permitan llevar vianda para el almuerzo, preparar comidas con la mayor variedad posible de vegetales, una porción de proteína (carne roja, pollo, pescado o huevo) y/o cereales y sus derivados, preferentemente integrales (panes, pastas, arroz, avena), legumbres y grasas saludables (aceite en crudo como condimento, palta, frutas secas y semillas).
Recordarles siempre que se laven las manos antes de comer como medida sanitaria importante.
Si el niño goza de buena salud y no tiene restricciones alimentarias, podemos darle plata una vez a la semana para que elija lo que quiere consumir o enviarle una colación de su preferencia. Es importante inculcarles hábitos sanos de alimentación sin generarle la idea de alimentos “prohibidos”, explicándoles la importancia de alimentarse correctamente, eligiendo esos alimentos con mayor carga de azúcares, sal o grasas para situaciones especiales o consumirlos con frecuencia semanal en porciones medidas.
Otro hábito importantísimo que debemos enseñarles e inculcarles es la práctica de actividad física, sea un deporte individual o en equipos, disminuyendo las horas de tele y computadora.
Con buenos hábitos de alimentación y salud los niños optimizan su potencial genético y se previenen enfermedad crónicas como la diabetes, obesidad, hipertensión arterial y otras, ganando salud y bienestar a corto y largo plazo.